domingo, 14 de diciembre de 2025

HISTORIA DEL CHOCOLATE

Tras la Conquista de México en la década de 1520  llega a las costas españolas. Fue en el actual Monasterio de Piedra, en el año 1534, dónde por primera vez se elaboró el chocolate en su cocina monacal.
En el municipio de Nuévalos, en la comarca de Calatayud y al sur de Zaragoza, se localiza el Monasterio de Piedra donde tiene origen el chocolate a la taza. 


El Monasterio fue construido en el siglo XII y actualmente está dentro de un Parque Natural con un alucinante entorno hidrográfico. Se trata de un monasterio con siglos de historia entre sus paredes que nos cuenta que un monje del Cister que acompañó a Hernán Cortés a México, Fray Jerónimo de Aguilar, envió el primer cacao, junto con la receta del chocolate, al abad del Monasterio de Piedra, D. Antonio de Álvaro. Fueron los monjes de este insigne cenobio los primeros en probar este manjar. Con ello se explica la gran tradición chocolatera de la orden Cisterciense. 


En algunos Monasterios de hecho, existe una pequeña estancia, sobre los claustros, la llamada chocolatería, dónde cocinaban y degustaban el chocolate
No fue hasta el siglo XVII cuando sale regularmente desde el puerto de Veracruz, abriendo una ruta comercial marítima que abastecería la nueva demanda de España, y posteriormente de Europa.
La introducción en las costumbres culinarias españolas fue inmediato, y su popularidad alcanzó niveles muy elevados ya a finales del siglo XVI.
En la América precolombina el chocolate se condimentaba con chiles y resultaba una mezcla amarga y picante cuyo sabor no agradó inicialmente a los conquistadores españoles, que pronto se vieron motivados a endulzarlo  además de prepararlo caliente. Fueron los españoles los primeros en difundirlo en Europa.
La costosa y exótica bebida pudo mantenerse como secreto de Estado hasta 1606, cuando llegó a Italia.


Pronto ganó popularidad en Francia después del matrimonio de una princesa española con el rey de Francia, en 1615. En 1657, un francés comenzó a vender tablillas de chocolate en Londres y, para 1700, algún inglés le agregó leche, mejorando su sabor y consistencia. Sin embargo, el chocolate fue disfrutado casi exclusivamente como bebida hasta el siglo XIX, porque los altos impuestos lo volvieron prohibitivo
Se llegó a decir que el chocolate es para el español lo que es el té para el inglés. De esta forma, el chocolate logró convertirse en un símbolo nacional. La afición tan desmedida por esta bebida hizo que el café se incorporara tardíamente a las costumbres culinarias españolas, comparado con la incorporación que tuvo en otros países europeos. En España el chocolate era considerado exclusivamente como una bebida reconfortante y apenas era empleado en otros aspectos culinarios, existiendo raras excepciones de platos clásicos españoles donde el cacao entre como ingrediente. Tras la Guerra Civil Española la costumbre fue decayendo poco a poco a favor del consumo de café.


sábado, 13 de diciembre de 2025

ISABEL DE TRASTÁMARA, REINA DE CASTILLA Y LEÓN

Hace hoy 551 años. Tenía 23 años y la cabeza en su sitio. 
Vayamos a esa puesta en escena con la que Isabel demostró a todos que nadie iba a marcar las líneas de su reinado, salvo ella misma.
¡Qué par de ovarios! ¡ Y sin Ministerio de Igualdad !!

Anulada por el papa los actos de Val de Lozoya, que fue una infructuosa jugada del rey Enrique IV, mal aconsejado para anular el Pacto de los Toros de Guisando, donde se nombraba a Isabel heredera a la corona de Castilla y León, por lo tanto Princesa de Asturias, a los ojos del pueblo de Segovia la situación era la del rey en buena armonía con su hermana de padre. A muchos les pareció que Isabel no debía demorar su proclamación como reina de Castilla y recordamos que no se necesitaba ser coronada o consagrada, como en Francia, sencillamente se le proclamada. Así, el 13 de diciembre de 1474, Isabel de Trastámara asiste a los solemnes funerales por el recientemente difunto rey Enrique IV, su hermano, en la Iglesia de San Martín Vera en Segovia. Isabel vestía la ropa de ceremonia cubierta de paños de luto. Pero a la salida se despojó de los paños apareciendo con todo el lujo que requería la siguiente ceremonia, la proclamación como reina de Castilla. Isabel no esperó a su esposo, de camino, para proclamarse reina.
Gutierre de Cárdenas, hombre de confianza de Chacón, y de Isabel, por una de las cosas por las que pasará a la historia es por sostener la espada abriendo la comitiva de Isabel, cuando fue proclamada reina, era un papel simbólico que en los acuerdos del matrimonio entre Fernando e Isabel estaba dispuesto para el aragonés. Pero ante su ausencia, Isabel no esperó y le otorgó ese encargo a Gutierre de Cárdenas. Fueron al Alcázar tomando Isabel posesión de su poder real.


Parece ser que al llegar Fernando con sus tropas, hubo de esperar a las puertas de la ciudad, dos días, en un campamento improvisado, para poder entrar por orden de la reina. Venía Fernando de luchar en la Guerra del Rosellón, defendiendo los intereses de la Crona de Aragón, de la que era heredero. Ante el enfado y la reclamación de Fernando, supo hacerle entender que había sido necesario porque de esa forma fue recibido por la reina ya proclamada y con los honores que correspondían el rey de Aragón y consorte de Castilla, de forma de que el pueblo se diera cuenta que Castilla tenía unos monarcas con autoridad. 
Se comunicó la noticia inmediatamente a las ciudades y en los días siguientes unos y otras obedecieron haciendo reconocimiento de la proclamación. Solo sabemos de dos rotundos silencios, Madrid, a la sazón residencia de Juana y su madre y de  Plasencia, en posesión de los Estúñiga, que sabían que podían serles reclamadas la devolución de Arévalo, ya que la nueva reino no consentiría el despojo cometido a su madre. Pero ambos casos, solo fueron abstenciones, lo que se interpretaba como un tiempo de espera y negociación.


El juramento de las Cortes y la Junta de la Hermandad podían esperar.
Fue el 2 de enero de 1475 cuando Fernando se unió a sus esposa, la Reina que le esperaba en la Catedral. Entraron en el templo asistir en el altar mayor a la ceremonia litúrgica de acción de gracias. Pasaron al Alcázar.
De que hablaron en la mesa, en su intimidad, no es posible saberlo, pero la reina supo convencer a Fernando de que se había hecho lo más conveniente.
Se pensó en un documento que dejara las cosas acordadas claras. Tres razones explicaron los reyes a Fernando del Pulgar, el cronista real para ello: Una; La tradición política y sobre todo la religión cristiana no admite diferencia sustancial entre varón y mujer. Segundo; pasados cinco años de matrimonio solo habían tenido una hija, y no debían a hacer peligrar sus derechos de herencia para pasarlos a otro miembro indirecto de la Monarquía, cosa que algunos pretendían aún. Tercero; La reina siempre manifestó y abrigaba el deseo de un poder compartido, como una función, no una propiedad. De este modo dos personas podían simultáneamente ejercerlo. En este sentido se les encargó a personas de ambas tendencias, Carrillo y Mendoza, que elaborasen un documento con forma de acta arbitral determinando la forma y circunstancia en que debía llevarse en adelante el ejercicio compartido del poder real. Aquella Concordia de Segovia, firmada el 15 de enero de 1475 estipulaba que todas las cartas, sellos y monedas llevarían ambos nombres, precediendo el del marido como era costumbre cristiana, pero anteponiendo las armas de Castilla a las de Aragón.


Todos los homenajes y rentas serían hechas a la reina, en Castilla, pero de todo aquel dinero ella daría cuenta a su marido para que juntos decidieran en que invertirlo. Lo mismo hará luego Fernando con la Corona de Aragón. En cambio la administración de justicia y nombramientos podrían hacerse por separado, conforme las circunstancias lo aconsejasen. El 28 de abril Isabel entregó a su marido un documento delegando en él sus propios poderes, sin renunciar a ninguno, de tal forma que encontrándose ella presente o ausente pudiera Fernando ejercer las funciones reales. A su vez Fernando el 14 de abril de 1481, cuando entró en posesión de la Corona de Aragón, entregaría a Isabel un documento similar. Este documento figura en los Registros de aquel Archivo con esa fecha. De esta forma se completaba un proceso iniciado en 1369 con la revolución que derribó al rey Pedro I comenzando la dinastía Trastámara. Se emprendió una tarea impresionante, proyectos de Alfonso X y Alfonso XI. La Monarquía Hispana surgía como primera forma de organización de un Estado, que busca una razón de existir. Esa forma de Estado se apoyaba en dos principios. España era una unidad preexistente a la que correspondía una conciencia histórica, y la monarquía aparecían como los garantes sobre todo, de la justicia, el cumplimiento de las leyes, cartas, fueron, privilegios, buenos usos y costumbres, considerados en conjunto como ejercicio de libertades en plural.


A punto de heredar la Corona de Aragón, nuestros protagonistas tuvieron que plantearse el modelo político que les convenía. La norma castellana, que se aplicaría en el caso de Granada, tendiendo al unitarismo institucional, mientras que la aragonesa se inclinaba por la unión de los reinos, conservando cada uno las tres características esenciales, un territorio, un fuero y unas Cortes. Cuando Navarra fue incorporada a la Corona de Castilla, años después, se hará mediante pacto que le permitía conservar esa condición de reino. Una demostración de que se había optado por la fórmula de unión de Reinos. Si bien esta fórmula no renunciaba a la condición de soberanía, definida además con el calificativo de “absoluto”,  que se define como independiente de cualquier otra autoridad superior.
Modelo en el espíritu de la caballería; tal debían ser los reyes. Esto nos revela el lema “Tanto Monta” No se refiere a la paridad de la pareja. Como Caballero del Toisón de Oro, Fernando necesitaba un emblema y una leyenda acorde. Isabel había escogido el haz de flechas, que significaba la reunión de los reinos, y la F era la inicial de su marido. Acudió Fernando al humanista Antonio de Nebrija, poniéndole como condición que comenzara por la letra Y, como ya lo hiciera en el signo del yunque utilizado por él en justas y torneos. El gran latinista le propuso una pequeña historia que Quino Curcio había introducido en la biografía de Alejandro Magno. Llegado éste a Gordión el macedonio se había encontrado un yugo con la letra Y, en torno a la cual se había atado un nudo con tal malas artes que nadie era capaz de desatar. A esto estaba la promesa de conquistar el mundo. Alejandro sacó su espada y la cortó de un tajo diciendo “Tanto Monta”, lo que en castellano del tiempo viene a decir, “da lo mismo cortar que desatar”. En otras palabras, se aclaraba que Fernando, haciendo valer su posición, tomase la vía recta, y que el fin justifica los medios, asunto hoy discutible, pero entonces no. Los dos emblemas, yugo y flechas, aparecen juntos en los escudos de armas y sirven para la identificación del reinado.

FERNANDO FERNÁN - GÓMEZ

miércoles, 10 de diciembre de 2025

BATALLA DE AYACUCHO – 9 de diciembre de 1824

Hace hoy 200 años de la batalla que marcó el fin del virreynato del Perú. El siglo XIX fue seguramente el peor de todos en la historia de España.
Aparte de la influencia revolucionaria y libertaria de la revolución francesa, nos topamos con el poderoso Napoleón, que por causa del “Pacto de Familia” con el rey francés Luis XVI nos vimos obligados a entrar con la Armada en la Batalla de Trafalgar en 1805, de trágico recuerdo.



Luego, ya autoproclamado Napoleón Emperador de Francia, sufrimos la ocupación que realmente fue una invasión de sus tropas y comienza la mal llamada Guerra de Independencia, (ya éramos independientes) que comenzó en 1808 y terminó en 1814. Entremedias tuvimos por rey al hermano del corso y al terminar vino nuestro rey, tan “deseado”, que fue Fernando VII, que terminó siendo llamado “el rey felón”.
Pero es en estos años cuando España pierde sus territorios de ultramar, la España americana. Un proceso que comenzó en Buenos Aires en 1810 y terminó en el Alto Perú, (hoy Bolivia), en 1825. Salvo el Virreinato de Nueva España donde la independencia de México se obtuvo de forma pacífica con el Plan de Iguala en 1821 en el resto se obtuvo combatiendo.
Los que propugnaban por la independencia de los territorios sobre la monarquía española lo lideraban los criollos, la rica burguesía originaria de españoles, hijos y nietos de españoles nacidos en suelo americano. Bebían de las ideal liberales difundidas por la masonería y los británicos, siempre deseosos de expulsar a España de aquellas tierras americanas para poder comerciar directamente con esa clase criolla.


En la península los masones se aliaron con el bando liberal y a nivel internacional era clara su vinculación con los intereses del Reino Unido. De hecho los principales personajes de la lucha de las independencias americanas habían viajado a Londres y allí fue donde conocieron de primera mano a la masonería, incluso llegando a crear logias nuevas, como la Logia Lautaro, creada seguramente por San Martin, que llevó a Buenos Aires posteriormente.
En América el bando realista, su ejército se alineaban además de la oficialidad y militares enviados desde la península, gente del pueblo, incluso indígenas, aymarás, quechuas, llaneros, campesinos, mulatos, etc. que se sentían más protegidos por la monarquía que con los caudillos criollos, que por lo general eran los terratenientes criollos, comerciantes y exportadores, la clase que manejaba la economía y dominaba la producción y su industria y desarrollo.
Realmente las sucesivas batallas entre realistas y libertadores eran un enfrentamiento entre absolutistas y liberales, monárquicos y republicanos pero por encima de todo una inmensa Guerra Civil entre americanos.
En este contexto se desarrollaron unas cuantas batallas, pero la batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento dentro de las campañas terrestres de las guerras de independencia hispanoamericanas y significó el final definitivo del dominio administrativo español en América del sur.
Casi después de 300 años desde que Francisco Pizarro conquistara el Imperio Inca, el Virreinato de Perú ganó su independencia el 9 de diciembre del año 1824 a través de la Batalla de Ayacucho. En este conflicto el país Ibérico fue derrotado gracias al debilitamiento previo de Fernando VII por las insurrecciones producidas en el país debido a las inconformidades por parte de los ciudadanos con las políticas autoritarias llevadas por el rey.
Volvamos atrás unos años. El pronunciamiento del coronel Riego y otros el 1 de enero de 1820 en Cádiz hizo que los 20.000 hombres que esperaban para embarcarse y partir hacia América con el fin de ayudar en la lucha y sofocar el movimiento independentista no partieran y obedecieran a Riego en su desobediencia al rey. Por entonces ya no quedaban los virreinatos del Río de la Plata y de Nueva Granada, pero quedaba el Virreinato del Perú, seguramente el más rico.


La guerra por el Perú se inició en 1820 con Simón Bolívar atacando por el norte y San Martín por el sur. Pero los ejércitos realistas supieron contener esos ataques, provocando derrotas a los independentistas en varias batallas. El virrey era José de la Serna, un héroe de la Guerra de Independencia en España, de ideas liberales, pero fiel al rey. Los refuerzos esperados nunca llegaron, consiguió retrasar la independencia tres años más. A principios de 1824 las fuerzas de José de la Serna se dividieron a causa de una rebelión encabezada por el general Pedro Olañeta, que generó en batallas mermando las fuerzas, cosa que aprovechó Bolívar para llevar sus tropas a las puertas de Cuzco en el mes de octubre, dejando al mando del final de la campaña a su lugarteniente José de Sucre.
En realidad el traidor de Olañeta había negociado con Bolívar y con San Martín, y se refugió en el alto Perú dejando a De la Serna solo frente al ejército independentista. La batalla se desarrolló en la Pampa de Quinua o Ayacucho. El ejército realista comandado por de la Serna contaba con unos 8.000 hombres de los cuales un 90% eran americanos que deseaban un autogobierno sin romper con la metrópoli y el 10% restante eran militares nacidos en la Península Ibérica.
Por su parte el ejército de Sucre lo componían entre 7.000 u 8.000 hombres, todos americanos y un contingente de militares mercenarios ingleses. Dado que había familiares en ambos bandos provocó la curiosa circunstancia que muchos de ellos se abrazaran antes de entrar en combate.
Los realistas ocupaban una zona elevada per no pudieron resistir mucho por la falta de víveres. Por lo cual ante una embestida enemiga, un flanco realista bojó atropelladamente por la colina y sin duda ahí se decidió la batalla, aunque los realistas tenían muy difícil ganar dada la traición de Olañeta. Los oficiales al frente de los realistas contenían el ataque y hasta pasaron a la ofensiva. El Virrey se lanzó al ataque en persona y cayó herido y fue capturado. Sus hombres fueron capturados y los jinetes huyeron. Poco después se firmó la rendición. El ejército Real del Perú renunciaba a seguir combatiendo y se le permitía el licenciamiento o el regreso a España. Los rebeldes aceptaban que puerto Callao siguiera en poder español. La batalla costó la vida a unos 2.100 hombres de los cuales 1.800 eran del ejército realista.

ANTONIO JOSÉ DE SUCRE
Al año siguiente Olañeta refugiado con sus fuerzas en el Alto Perú fue derrotado y muerto por Sucre.
Honrosa y heroica fue la defensa d la última guarnición española en el puerto del Callao, a 15 kilómetros de Lima. Hasta el 23 de enero de 1826 resistieron los españoles del brigadier José Ramón Rodil. Diez meses en la fortaleza Real Felipe, sabiendo que no llegarían refuerzos y hasta agotar los víveres y las municiones frente a una fuerzas muy superiores. Recibieron unas 20.000 balas de cañón. Cuando tras la rendición se iba a fusilar a Rodil y sus supervivientes, unos 400 hombres de los 2.800 que habían integrado la plaza, Bolívar dio la orden de no ejecutarlos ya que “El heroísmo no es digno de castigo”.
Ese día se arrió la última bandera española en tierra firme americana. Del glorioso Imperio solo quedaban las islas de Cuba y Puerto Rico en América.
A su regreso a España los supervivientes de Ayacucho y Callao tuvieron que aguantar las maledicencias de algunos que pensaban en un supuesto acuerdo masónico contra el rey Fernando VII.
Los muertos en combate, las heridas del Virrey de la Serna y el heroísmo de los supervivientes del Callao son pruebas más que suficientes para acallar esa teoría de la conspiración. Más bien habría que preguntar que hicieron en la Metrópoli por ayudar a aquellos hombres que defendían la causa del rey.
El gobernador del campo de Gibraltar les preguntó con mala intención “Señores, ¿Con que aquello se perdió masónicamente?” . A lo que el brigadier Francisco de Mendizábal respondió lacónicamente “Señor, aquello se perdió como se pierden las batallas”.
El rey recompensó a de la Serna con el título de Conde de los Andes y a Rodil con el de Marqués de Rodil.
Ellos y otros generales y oficiales veteranos desempeñarían puestos de importancia en la España Liberal una vez muerto el rey Fernando VII.
 
 

lunes, 8 de diciembre de 2025

ALCAZAR DE TOLEDO

Su nombre se debe a los árabes, que lo llamaron “Al Qasar”, que significa “fortaleza” 


Las investigaciones aseguran que en la época romana, en el siglo III fue un palacio romano donde, tras la reconquista de la ciudad, establecieron el pretorio, sede del magistrado o pretor, era un recinto amurallado que partía desde una construcción de carácter defensivo, situado en la zona más alta de Toledo y seguía en línea recta hacia Zocodover y el Miradero, para unirse de nuevo a él a través del Puente de Alcántara.

A partir de entonces se utilizaron las inmediaciones para “residencias regias” que se completaron con la construcción de las iglesias “pretorienses”, llamadas así por su proximidad al pretorio, como la de Santa Leocadia. Se cree que en esta iglesia están enterrados, flanqueando la tumba de la santa, los reyes Wamba y Recesvinto.
Su posición estratégica ha favorecido la ocupación humana durante milenios, existiendo vestigios de una fortaleza construida durante el período de dominación romana.

Las posteriores culturas establecieron aquí la residencia de sus dirigentes, es el caso de los visigodos y los musulmanes. En época visigoda, el rey Leovigildo (573-586 d.C.) estableció en Toledo su capitalidad y a partir de entonces se utilizaron las inmediaciones del Alcázar como residencias regias. Después, en época musulmana, se convirtió en una fortaleza árabe, residencia del cadí, mandada construir por Abderramán III en 932 d.C 
Los visigodos aprovecharon esta zona y los musulmanes (711-1085) dotaron de singular importancia este espacio creando en esta zona el denominado “Alfizén” (Al-Hizan) Las últimas investigaciones arqueológicas realizadas en esta zona, con motivo de su adaptación a Museo del Ejército, arrojan nuevos datos sobre este período, con notables estructuras recuperadas.

Reconquistado Toledo por Alfonso VI, recupera el espacio del Alfizén musulmán dotándole de nuevas funciones y dependencias palaciegas. Los Reyes Católicos se alojan en Toledo en numerosas ocasiones, el Alcázar es más un palacio para la monarquía que un emplazamiento militar. Aun así, nunca perderá su importancia estratégica, y durante la Guerra de las Comunidades (1520-23), el Alcázar vuelve a ser objeto de disputa, siendo controlado en primer lugar por las fuerzas de Carlos I y posteriormente por los comuneros. El monarca propone un nuevo impulso para el degradado edificio y convoca para su construcción a algunos de los mejores arquitectos de la época y con Felipe II, Juan de Herrera construye la magnífica fachada sur. Cuando decide en 1561 trasladar la corte a Madrid, el Alcázar pierde su función palaciega y comienza una etapa de abandono y decadencia. Durante esta etapa será cárcel, cuartel de caballería, residencia para la madre y para la viuda de Carlos II.


No volverá su función militar hasta la guerra de Sucesión, en el siglo XVIII, siendo convertido de nuevo en cuartel por el archiduque Carlos de Habsburgo. A consecuencia de esta función militar, sufre hacia 1710 un violento incendio, que no sería el único ya que en el siglo siguiente se repetiría, durante la ocupación francesa (1810).
Actualmente es un edificio representativo de la arquitectura renacentista española. Situado a 548 metros sobre el río Tajo, el Alcázar de Toledo domina el horizonte y las vistas panorámicas de la ciudad, además de ser uno de sus monumentos más importantes y visitados. Es una fortificación sobre rocas, ubicada en la parte más alta de la ciudad. Su privilegiada situación ha hecho de él un lugar de gran valor estratégico militar y así lo intuyeron los diversos pueblos que se asentaron en él.
Hacia 1875 será sede de la Academia de Infantería hasta la Guerra Civil (1936-1939) fue que utilizado como punto de resistencia de la Guardia Civil y resultó prácticamente destruido por las tropas republicanas y los milicianos. Un asedio desde el 21 de julio al 27 de septiembre de 1936. Fue liberado ese día por las tropas nacionales. El franquismo sacó provecho con la publicidad  del heroísmo de sus tropas.

En 1961 se finalizan las obras de reconstrucción y se reabre con un pequeño museo dedicado al “Asedio” y algunas funciones militares.
Durante el actual período Democrático (1998), se adecua parte del edificio para alojar la “Biblioteca de Castilla-La Mancha”, hoy en pleno funcionamiento. A partir de entonces, el Gobierno de Castilla-La Mancha inicia las gestiones en colaboración con el Central para alojar en las dependencias vacías del Alcázar el actual “Museo del Ejército”, abriendo sus puertas en el verano de 2010. En el interior se ubica hoy en día la exposición permanente distribuida entre 13 salas temáticas y 8 salas históricas ordenas cronológicamente.


Se puede visitar la sección de armas de fuego, armas blancas, armas defensivas, munición, artillería, uniformes, insignias, vexilia, fotografía, pintura, escultura, etnografía, numismática, maquetas o vehículos.

sábado, 6 de diciembre de 2025

HAITÍ Y REPÚBLICA DOMINICANA

HACE HOY 533 AÑOS...
Como sabemos Colón y sus hombres llegaron a América en octubre de 1492. Estaban en Las Bahamas. Se cree que en la isla de  Guanahani, en la que desembarcó Colón, y la llamó "San Salvador". Y tras recorrer el archipielago durante un tiempo, el 5 de diciembre de 1492 Colón y su gente llegaron a una nueva isla en las Antillas Mayores. Le dio el nombre de "La Española" (aunque para algunos se supone que España no existía todavía) y actualmente acoge dos países: República Dominicana y Haití.
La República Dominicana tiene una de las economías de más rápido crecimiento en América Latina, basada en el turismo y otros sectores. Haití, por el contrario, es el país más pobre del hemisferio occidental, con una economía muy inferior.



Haití tiene una herencia francesa y es predominantemente de habla criolla y francesa, mientras que la República Dominicana tiene una herencia española y su idioma oficial es el español. La República Dominicana ha experimentado un mayor desarrollo económico, con una infraestructura más desarrollada y un mayor índice de desarrollo humano. Haití sufre de graves problemas de infraestructura, como la falta de servicios básicos, y un bajo índice de desarrollo humano.
Haití se convirtió en la primera república negra independiente del mundo en 1804 tras una revuelta contra Francia. República Dominicana se independizó de España en 1821 y tuvo un período de ocupación haitiana que influyó en su desarrollo.
La parte de la Española ahora reconocida como Haití había sido colonizada anteriormente por España, luego francesa como parte del Tratado de Rijswijk en 1697 después del hostigamiento de bucaneros franceses y luchas navales entre españoles y franceses. Después de adquirir esta tierra, los franceses comenzaron a importar esclavos africanos en grandes cantidades. La colonia ganó mucha riqueza a través de la exportación de azúcar, índigo y tabaco. En un momento, Saint-Domingue fue la colonia más rica del mundo, superando la riqueza de las colonias americanas, británicas y españolas. Esta riqueza se logró mediante el exceso de trabajo de los esclavos africanos. Se decía que los esclavos en el Caribe francés sufrían el peor trato. El "Código Negro" regularizaba la forma en que los franceses trataban a los esclavos.
La Francia Revolucionaria proclamó en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) la igualdad de los hombres. En 1790 los mulatos y los negros empiezan a reclamar el fin de la discriminación racial. La Asamblea Francesa empezó a reconocer derechos sólo a los mulatos hijos de padres libres. Negros y mulatos libres se prepararon para la guerra con los blancos. En 1791, un militar jamaicano puso en marcha la eliminación de la esclavitud y de los blancos en la parte francesa de la Isla. La violencia de la guerra fue extrema por los distintos bandos.
Muchos de los esclavos rebeldes se refugiaron en la parte española, e incluso Toussaint L’Ouverture, líder de la independencia haitiana, logró formar parte de la oficialidad del ejército español, consiguiendo el liderazgo de los esclavos de la parte francesa en 1793. Poco más tarde, Francia abole la esclavitud aunque la guerra continúa en Haití. En 1799, el conflicto se transformó en una guerra entre esclavos y mulatos.
Mientras todo esto sucedía en la parte francesa, España en virtud del Tratado de Basilea (1795) cede sus territorios de La Española, el primer territorio español en el Nuevo Mundo, a la Francia revolucionaria. Pero la toma de posesión francesa no se producirá hasta que en 1801. El nuevo poder abre los puertos al comercio inglés y americano, impone un sistema de monocultivo, pero no evita la huida de los criollos hacia el continente, al tiempo que establece una constitución que libera a los esclavos de su servidumbre.
Napoleón manda tropas para frenar la situación que acabará con el destierro de su gobernador, su programa de gobierno y la ocupación francesa. El gobierno francés se centrará en recuperar parte de la economía preexistente, defenderá el territorio del norte de las invasiones haitianas y se preparará para la recuperación de su colonia, pero no tendrán esta oportunidad. En 1804, el general Jean Jacques Dessalines proclamará la independencia de Haití y se erigirá en emperador.

Emperador Jean Jacques Dessalines 
Dessalines, que ejerce un poder tiránico y decreta el exterminio de la población blanca no útil para sus intereses, será asesinado en 1806. Tras su muerte, la isla se divide en dos: la parte sur gobernada por el mulato Alexandre Pétion y la parte norte por Henry Christophe, de raza negra, que impone de manera despótica su mandato hasta 1820, año de su suicidio. Ese año, Pierre Boyer reunifica la isla.
Mientras esto ocurre en América, Napoleón  invade la Península Ibérica en 1808. Este hecho es aprovechado por un sector criollo encarnado por Juan Sánchez Ramírez para canalizar el descontento de la población de origen español contra la ocupación francesa. Las derrotadas tropas francesas evacuaron la parte española a finales de ese año.
Los sucesos violentos que rodean la independencia haitiana producen miedo y un efecto contagio en la zona del Caribe, produciéndose rebeliones entre otros lugares, en las costas de Venezuela.
La guerra contra Napoleón en la península, en 1808, sacuden a una población dominicana que se levanta contra los ocupación francesa. Encabezados por Juan Sánchez Ramírez Nueva, los dominicanos consiguen la independencia de Francia gracias a la ayuda de la flota inglesa, volviendo a formar parte de la Monarquía Española. El descontento entre la población dominicana aumentaba por la mala gestión de las autoridades españolas.
Durante más de 10 años de sucesivos administradores ineficientes, Santo Domingo degenera hasta su desmembramiento social y económico. Pero no será hasta 1821, cuando una revuelta encabezada por José Núñez de Cáceres proclame la independencia de la Parte Española de Haití. 

José Núñez de Cáceres
Intentó que el nuevo estado quedase bajo la protección de la Gran Colombia de Bolívar para evitar una invasión de sus vecinos haitianos, pero sus intentos fracasaron y la temida ocupación se produjo meses después.
El ejército haitiano de Jean Pierre Boyer invade el nuevo territorio independizado, dando comienzo a un periodo de ocupación que se prolongará durante 22 años. Habría que esperar a 1830 para que España reclamara a Haití la devolución de esta parte de la Isla. A finales de los años 30 del siglo XIX, surge un grupo llamado La Trinitaria que derrotará a los ocupantes haitianos el 27 de febrero de 1844, fecha en la que se proclama el nacimiento de la República Dominicana.
España reconocerá dicha independencia con la firma del Tratado de reconocimiento en 1855, pero tan sólo tendrá vigencia seis años puesto que en 1861 el general Pedro Santana solicitará la anexión a España. Esta adhesión dura hasta 1863 y sirve de punto de partida para un periodo de revueltas y guerra que finalizará en 1865 con la instauración de la Segunda República en Santo Domingo y el total desligamiento de España.
 
 
 
 

viernes, 5 de diciembre de 2025

FRANCISCO DE MIRANDA - PRIMER EMANCIPADOR AMERICANO

Conocido como El Primer Venezolano más Universal, Francisco de Miranda fue partícipe de la Independencia de los Estados Unidos, de la Revolución Francesa y posteriormente de la Independencia de Venezuela. Uno de sus objetivos era la lucha por la libertad hispanoamericana.

FRANCISCO DE MIRANDA 
Nació el 28 de marzo de 1750 en Caracas, entonces capitanía de Venezuela. En 1762 inició sus estudios de gramática y latín. Más tarde ingresó a artes (bachillerato) en la Universidad de Caracas, y luego se enlistó en el ejército español en 1771. Participó en los tres magnos acontecimientos de su tiempo: la independencia de los Estados Unidos, la revolución francesa y la lucha por la libertad hispanoamericana. Al ser uno de los primeros en pensar acerca de la existencia de una Gran Colombia unida.
Como militar en las filas de los ejércitos español y francés alcanzó los rangos de coronel y mariscal, respectivamente. Además, obtuvo el grado de coronel en el ejército ruso, concedido por Catalina II la Grande, y fue el primer comandante en jefe de los ejércitos venezolanos, ostentando el título de generalísimo. Su carrera militar contempla su participación en cuatro contiendas: el sitio de Melilla (1774-1775) y la invasión española de Argel de 1775 en el norte de África, la guerra de independencia estadounidense, las guerras revolucionarias francesas y la guerra de independencia de Venezuela.
Entre sus gestas militares destacan su actuación en el sitio de Melilla, la batalla de Pensacola en Estados Unidos y la batalla de Valmy en Francia. Participó en los tres grandes movimientos históricos y políticos de su tiempo: Guerra de Independencia de los Estados Unidos, Revolución francesa y Guerras de Independencia Hispanoamericana.
Vivió en diferentes períodos en muchos sitios del mundo. Conoció a las personalidades más importantes de aquella época. Fue el único hombre que tuvo contacto personal y directo con figuras de la talla de Napoleón Bonaparte, Catalina la Grande, Federico II de Prusia, el Duque de Wellington, La Fayette, Estanislao II Poniatowski, William Pitt, Grigori Alexandrovich Potemkin, Samuel Adams, etc.

SIMÓN BOLÍVAR 
Combatió bravamente en América, Europa y África, salvo en Oceanía y Asia, recorrió y escudriñó España y todo el continente europeo, incluyendo a Gran Bretaña, Rusia y Escandinavia; Asia Menor, América del Norte, América del Sur y las Antillas
En 1781, Miranda combatió como oficial del ejército español en la batalla de Pensacola, dentro de la guerra de independencia de las trece colonias, donde los ingleses sufrieron una derrota. En 1783 se vio obligado a exiliase en Estados Unidos porque el Santo Oficio lo perseguía debido a la posesión de varios “libros prohibidos” por esta institución clerical. Dos años después, Miranda emprendió su rumbo a Europa, donde vivió hasta su retorno a Venezuela en 1810.
Gracias a su diario contamos con múltiple información sobre el Siglo de la Luces (S. XVIII), pues escribió sus impresiones y actividades como viajero e investigador.

SAN MARTÍN Y  O´HIGGINS CRUZAN LOS ANDES
En Inglaterra, Francisco Miranda buscó apoyo para la independencia de Hispanoamérica, pero no lo consiguió y decidió viajar a Francia. Durante su estancia en el país galo, Miranda fue nombrado mariscal de campo. La posición se hizo efectiva a partir del 1 de septiembre de 1792 y el 20 del mismo mes tuvo su primera victoria en Valmy.
No obstante, el éxito inicial de esta campaña se desvaneció cuando sufrió las derrotas de Maestricht y Nearwinden (1793). Se responsabilizó a Miranda ante el temido Tribunal Criminal Revolucionario, dirigido por Maximiliano Robespierre. Miranda fue encarcelado y si bien, fue declarado inocente de la derrota de Nearwinden, se había gestado enemigos y siguieron acusándolo de diferentes hechos. Finalmente, en enero de 1798 logró huir y viajó a Inglaterra, donde retomó sus intentos libertarios.
La casa de Francisco de Miranda en Londres fue el centro del complot que independizó Hispanoamérica. Los Libertadores tuvieron su centro y patrocinio en la capital británica. Fue el lugar de encuentro de la Logia Masónica Lautaro,, (nombre tomado del cacique mapuche vencedor de Pedro de Valdivia en Chile). Desde aquí se hizo propaganda, se financió y se creó la forma de apoderarse y dividir Hispanoamérica.
El 21 de julio de 1810, en Londres se conocieron Miranda y Simón Bolívar cuando este último viajaba como diputado de la Junta de Caracas. Entre ellos se desarrolla una importante amistad, aunque eventos posteriores los separan. Ese año Venezuela inició su proceso independentista, por lo que Simón Bolívar, Luis López Méndez y Andrés Bello persuadieron a Miranda, en misión diplomática en Londres, para que volviera a su tierra natal. Cuando lo hizo, Miranda fue recibido con honores en el Puerto de La Guaira. En Caracas funda la Sociedad Patriótica, que se convertirá en la principal promotora del rompimiento con España. Posteriormente es elegido diputado por El Baúl, al congreso constituyente de 1811. El 5 de julio de 1811, tuvo el honor de firmar el Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela. Más tarde, ante el avance de las tropas españolas al mando de Domingo Monteverde en 1812, asumió la presidencia tras ser nombrado dictador por el Triunvirato ejecutivo con el rango de generalísimo.
A pesar de que Miranda vivió en diferentes países, su objetivo no cambió: conseguir apoyo para la independencia de su país y de toda la América hispana, idea que reforzó desde que conoció a Bolívar. Desde que regresó a tierras venezolanas, impulsó la causa con todos sus recursos ideológicos y prácticos para su emancipación. Por tal razón fundó el periódico “El Colombiano”, donde se difundieron los movimientos independentistas para estallar simultáneamente y con características semejantes en toda Hispanoamérica de 1810-1811. Además, Miranda se preocupó por los símbolos emancipadores. A él se deben los colores de la bandera tricolor de la Gran Colombia amarillo, azul y rojo, también presentes en las banderas de Venezuela, Colombia y Ecuador.
Francisco de Miranda falleció la madrugada del 14 de julio de 1816 como preso político en la prisión “La Carraca”, en Cádiz, España. Bolívar lo había entregado bajo acusación de traición, pues a su cargo había estado el ejército patriota y, al parecer, nunca tuvo una política de exterminio contra los enemigos.

Foto de la casa de Miranda en Londres 
Está ubicada en Grafton Street, Londres, Inglaterra. Este lugar histórico fue un punto central para la planificación de la independencia de América Latina y se convirtió en un museo que abre sus puertas a los visitantes.
Y es que pocos saben que la casa de Francisco de Miranda, ubicada en la capital del Reino Unido, fue el punto de encuentro durante el siglo XIX de varios héroes latinoamericanos. José de San Martín, Antonio Nariño, Bernardo de O'Higgings y Carlos María de Alvear, Simón Bolívar, entre otros muchos, frecuentaban el aposento del general venezolano.
Todos visitaban a Miranda  para empaparse e intercambiar las ideas de libertad que darían pie a toda una gesta emancipadora en aquellos países.
Fue allí donde, además, Miranda convenció a Simón Bolívar y a su maestro Andrés Bello de que expandieran sus horizontes y lanzaran sus campañas para liberar no sólo a Venezuela de los españoles sino que su lucha fuera continental.

Placa en la casa de Miranda donde dice en inglés y español que se encontró con Bolívar en 1810


Durante su vida, Miranda vivió en diversos países, siendo uno de ellos Inglaterra donde tenía el mayor apoyo económico y logístico por la enemistad entre el reino español y el reino inglés. En Londres, Miranda vivió en una modesta casa desde 1802 en compañía de su esposa Sarah Andrews y sus hijos, Leandro y Francisco. La biografía de Francisco de Miranda de Alfonzo Rumazo González reseña un poco la vivienda en la que Miranda soñaba con libertar Venezuela y la Nueva Granada, donde era visitado por los más grandes militares e intelectuales y donde se desarrollaban los mayores acontecimientos históricos para la libertad americana en suelo europeo. 



ESTATUA DE BOLIVAR EN LONDRES














Toda la actividad de Miranda se realiza en la casa de cuatro pisos de la 27 Grafton Street.
Durante el año 2015, en el marco del London Open House, el gobierno británico recuperó y relanzó la casa de Miranda como museo, 


este evento es uno de los más importantes de Europa, se extiende a los principales museos y atracciones arquitectónicas-culturales de la capital británica para permitir, una vez al año, acceso libre al público.
 

jueves, 4 de diciembre de 2025

GUERRAS PÚNICAS

Cartago había sido un pequeño establecimiento fenicio fundado en la costa de Túnez a comienzos de I milenio, fundada por emigrantes fenicios de Tiro. La ciudad de Tiro a partir del siglo X a. C. ejerció la hegemonía sobre las ciudades fenicias, que duró hasta el siglo VI a. C. que es cuando ya habían progresado de tal forma que se independizaron de Tiro. Ya se habían establecido en Ibiza hacia el 650 a.C. como plataforma para el dominio de la costa mediterránea. Acabarán con los Tartessos sobre 500 a.C. Llegaron a ser la primera potencia del Mediterráneo occidental.

Al decir Cartagineses, pueblo antiguo con capital en Cartago, hablamos también de Fenicios. Seguramente sus herederos. La ciudad de Cartago fue, en sus inicios, una colonia fundada por los Fenicios de Tiro que, en su avance marítimo hacia el oeste, lograron establecer un gran asentamiento comercial en lo que hoy es Túnez. Ni los fenicios de Tiro, ni los griegos dominaron el interior de la Península lo que sí hicieron los Cartagineses.
Dos periodos su establecimiento. El primero, hasta el siglo V, se consideraba fenicio.  A partir de esta fecha hasta la conquista romana, (sobre el 145 a.C.), el papel principal es cartaginés. El auge de Cartago pronto tomó carácter militar. A partir del siglo VI se enfrentan con los griegos, apoyándose en determinados momentos en los etruscos,  para evitar la competencia helénica, para impedir la ampliación del territorio de colonización griego como a la adquisición de nuevos mercado. La batalla de Himera, en 535, es un hito en estas luchas marítimas. Ya en el siglo IV a.C., las fuerzas de una Cartago bajo un régimen republicano y como la ciudad más grande a este lado de la península Itálica, decidieron invadir el interior de Ispnya llegando a dominar hasta el sur del río Tajo y al norte, casi hasta llegar a los Pirineos. A estos nuevos territorios, habría que sumarles los que ya los antiguos Fenicios habían colonizado como el reino Tartesso.

Los cartagineses fueron un pueblo o grupo de pueblos. Cuando aparecen citados mercenarios ibéricos luchando junto a cartaginenses o griegos podrían ser íberos o gentes procedentes de Iberia, celtíberos, celtas u otros pueblos no ibéricos.
Estuvieron regidos por jefes efímeros similar a un rey. Personajes que emergían como consecuencia de una victoria. Ampliaban los límites geográficos de un pueblo o de una tribu. Por ello los límites territoriales fueron móviles e inestables.
Entre los pueblos que los componían se puede identificar a los sordones con el Rosellón, los layetanos con la zona de Barcelona, cosetanos con el llano de Tarragona, Ilergetes con Lérida (Ilerda), Jacetanos con Jaca y Sedetanos con Monegros y valle del Ebro (desde el sur de la Sierra de Alcubierre). En la comarca de las Cinco Villas estaban los Suessetanos, lindando al oeste con los vascones, gentes que no se consideran hoy íberas. Por citar algunos más tenemos los Ilercavones en la costa (desde el Ebro hasta Sagunto), los Mastienos en la zona de Cartagena, los Bastetanos en Andalucía oriental y los Turdetanos en Andalucía central. 
Uno de los enfrentamientos más importantes y registrados por los historiadores fue el conjunto de choques en los que combatieron los romanos y los cartagineses. A estas luchas se las llamó Guerras Púnicas y fueron las que permitieron que Roma se consolide como potencia mediterránea.

La primera guerra contra los romanos entre el 264 y el 241 a.C. aunque tuvieron importantes victorias finalmente salieron derrotadas por Duilio, general Romano, y Cartago tuvo que ceder Sicilia y asumió unos fuertes tributos a Roma. Se llamaron Guerras Púnicas ya que los romanos los llamaban Punici, por el origen fenicio de Cartago.
Al quedar empobrecidos pusieron su empeño en conquistar la península Ibérica, o al menos en la región andaluza y levantina. Fueron luchando y venciendo por las armas o por la diplomacia a los pueblos que se fueron encontrando, fundamentalmente colonias griegas. El dominio fue rentable con prospecciones nuevas de plata que empezó a manar hacia ellos.
Ese fue el proyecto y la acción del general Amílcar Barca, que murió habiendo conseguido para Cartago la plata y los mercenarios Ibéricos.
Cartago estableció también, una serie de colonias en la costa meridional atlántica de España y un conjunto de otras colonias en el extremo norte de África y en la costa africana del Atlántico, donde progresaron notablemente en dirección sur. La isla de Ibiza era escala obligada en las travesías por el Mediterráneo occidental y fue pronto cabeza de puente para abrir las relaciones comerciales con el Mediterráneo noroccidental.

Le sucedió Asdrúbal un pacificador que funda Cartago-Nova (Cartagena) además firma un tratado con Roma fijando límites para los dos imperios. Dentro de esos límites estaba Sagunto, que debería permanecer libre y autónoma. En realidad Roma buscaba una forma de mantener las distancias entre los galos y los cartagineses. Cualquier ejército que quisiera cruzar los Pirineos debía pasar por Sagunto. Asdrúbal murió asesinado y le sucede Aníbal, un hombre de 25 años y auténtico guerrero. Atacó la meseta central y luego fue atacado por carpetanos, vacceos y olcades a los que derrotó, amplió dominios y consiguió riquezas y mercenarios. Animado por sus victorias Aníbal decidió conducir su ejército a través de una ruta terrestre. Al frente de sus mercenarios ibéricos y norteafricanos, cruzó los Pirineos, en donde se le unieron los emisarios galos que lo guiarían por las montañas alpinas. Con sus 90.000 hombres, 12.000 jinetes y 40 elefantes, empleó 36 días en cruzar los Alpes, una de las marchas militares más célebres de todos los tiempos, superando las emboscadas de los montañeses, la falta de pasto en las cumbres y sobre todo la nieve, que escondía el camino y hacía despeñar hombres y caballerías.


Para cruzar los Pirineos debía pasar por Sagunto, como dijimos y estaba pactado con Roma no entrar en Sagunto. No respetando el acuerdo con Roma se propuso atacar Sagunto asediando la ciudad y resistiendo ésta con un increíble heroísmo defendiéndose rabiosamente. Finalmente todo estaba perdido por lo que los saguntinos reunieron todo el oro y la plata y la fundieron con plomo, cobre y estaño y por si fuera poco se arrojaron a las llamas, prefiriendo esa muerte que el cautiverio. Roma, que había sido avisada por los saguntinos llegó tarde. En realidad dejaron hacer el trabajo sucio. El asedio duró seis meses, es decir que tuvieron tiempo para acudir. Roma mandó a Publio Cornelio Escipión para atacar a Aníbal. Pero éste ya se había marchado contra Roma. Lo que hizo que el romano le esperase en Italia. Aníbal ya en la península itálica, en su marcha por las pantanosas llanuras del centro, con un ejército diezmado y desmoralizado, perdió un ojo y el único elefante que había sobrevivido. Aun así logró rehacer sus huestes y, tras vencer a los romanos en Trebia y Trasimeno, en el 216 los derrotó ampliamente en Cannas, pese a la inferioridad numérica de sus hombres. Decidió no atacar Roma y retirarse a Cápua. Entonces volvió a Cartago. Allí trató de negociar una paz honrosa con los romanos, pero fue vencido en Zama por Escipión el Africano en el 202, y el tratado que puso fin a la guerra fue muy oneroso para los cartagineses.

ANIBAL BARCA
Aníbal demostró que era un estadista tan notable como genio militar. Roma exigió su cabeza y se vio obligado a huir. Ante las fuertes presiones de los romanos, y temiendo ser entregado, se suicidó. Corría el año 183. Cuatro décadas más tarde, su patria era arrasada por Roma.
Las fuerzas romanas se habían instalado en Tarraco (Tarragona), convertida así en el principal centro romano en Hispania. En el 149 hasta el 146 a.C. se produjo la Tercera Guerra Púnica, que consistió en la destrucción total de Cartago y la matanza o esclavitud de sus habitantes. Con lo cual desaparece el pueblo cartaginés.

TERMINA LA LUCHA DE CARTAGO
Roma es la nueva civilización dominante en la península.
Los romanos fue el pueblo más importante, en realidad un civilización organizada. Como toda metrópoli a sus colonias, Roma explotó económica y socialmente a sus provincias de lo que llamó Hispania. A lo largo de este extenso periodo de más de seis siglos, tanto la población como la organización política del territorio hispánico sufrieron profundos e irreversibles cambios, y quedaría marcado para siempre con la inconfundible impronta de la cultura y las costumbres romanas.
Pero la península recibió un legado cuya trascendencia llega hasta el presente.
 
 

HISTORIA DEL CHOCOLATE

Tras la Conquista de México en la década de 1520   llega a las costas españolas. Fue en el actual Monasterio de Piedra, en el año 1534, dónd...