miércoles, 27 de febrero de 2019

ESPAÑA EDAD MODERNA -19-

LA LARGA SOMBRA DE CONDE DE OLIVARES (1) - - El padre de Olivares era embajador y su hijo Gaspar en principio, como no era primogénito, estaba destinado a la carrera eclesiástica, pero al morir su hermano mayor estuvo obligado a vivir en la Corte y luego con la muerte de su padre, pocos años después, heredó una cuantiosa fortuna que le abrió las posibilidades de una dignidad mayor y en consonancia con sus ambiciones. Se casó con su prima Inés de Zúñiga y Velasco, lo que le dio lustre en palacio. Y en 1615 el valido del rey Felipe III, el Duque de Lerma, lo nombra gentilhombre de cámara del príncipe Felipe, (el futuro Felipe IV). Esto es lo que le vale a Olivares para estar cerca del príncipe y luego rey a la vez que ser su hombre de confianza. Cuando subió al trono Felipe IV en marzo de 1621, trajo una ola de entusiasmo y esperanza general ante la posibilidad de una etapa de un régimen prometedor que debía recuperar la grandeza de España y solucionar los problemas económicos, que no eran pocos. Dos figuras emergieron, Baltasar de Zúñiga y su sobrino Gaspar de Guzmán y Pimentel. Ambos se necesitaban mutuamente ya que el primero tenía larga experiencia y el segundo disfrutaba del importante favor del rey. Felipe enseguida confió en el primero para los asuntos de Estado y para que fuera instruyendo a su sobrino Gaspar en el arte de gobernar. Éste a su vez completaba la educación del joven rey, algo muy importante ya que tenía solamente 16 años. Además se quería romper con la imagen de decadente e inerte de su padre Felipe III, optando como modelo a su abuelo, tratando de hacer un nuevo rey, trabajador implicado en los asuntos de Estado y que representara lo que se le llamó “El rey planeta”. Su corta edad no permitió que asumiera personalmente la ingente tarea de gobierno. Se apoya el rey en Baltasar de Zúñiga, que había trabajado para su padre y también para su abuelo, hombre severo y justo, cumplidor de las leyes y muy trabajador. Se hará cargo del papeleo y negociaciones de Estado. Baltasar fue ayudado por su sobrino Gaspar y su intención era “Limpiar la casa” de corrupción, abusos, preferencias pagadas y demás asuntos sucios que había dejado la anterior administración. Esto pasaba sin duda por la eliminación de la corrupción que se había adueñado del sistema durante el periodo de Lerma, cuando todo era comprable, lo único discutible era el precio. El Duque de Lerma apenas se salvó de la prisión al conseguir ser nombrado cardenal. Su hijo, el duque de Uceda, que le sucedió en el cargo de valido, murió en prisión. El marqués de Sieteiglesias, amigo del anterior fue decapitado públicamente por sus fechorías. Dado que le dijo al verdugo “Cumple con tu trabajo” y le dio un beso, quedó en el refranero popular, “Tener mas orgullo que el marqués en la horca”. Todo esto al poco tiempo de entrar la nueva administración. Otros fueron desterrados y a varios se les confiscaron las propiedades. Pero al año siguiente muere Baltasar de Zúñiga y el rey dispone en su lugar a Gaspar, es decir el conde de Olivares, luego duque de Sanlúcar la Mayor. Su personalidad difería mucho de aquel valido del anterior rey, Lerma, y la relación con su rey, y aunque no descuidó sus propios intereses se dedicó a la modernización y recuperación del prestigio español. Olivares desde el primer momento tuvo habilidad para hacerse con la voluntad del rey llevando a sus rivales fuera de los espacios de poder. Para afrontar los cambios Olivares contó con la Junta de Reformación, que se encargó de enviar un cuestionario a las ciudades con voto en Cortes. Algunas sugerencias fueron ley. Las principales hacían referencia a recortes en los gastos públicos, en la Corte, supresión de burocracia, límites a los certificados de limpieza de sangre, y aumentar la natalidad, y la redistribución de la población a las zonas deshabitadas. En las cuestiones exteriores las cosas iban aún peor. Al expirar la tregua con Holanda se reanudaron los enfrentamientos, ahora unidos a los avatares de la Guerra de los 30 años. Aquí entra en escena un valiente, un héroe recordado para siempre, gracias a Velázquz seguramente. El General Spínola ¿Quién era Spínola? Miembro de una importante familia genovesa, que por entonces era una República que había tomado Carlos I el emperador. Fue un general al servicio de la Monarquía Hispánica, honrado además como caballero de la Orden de Santiago y del Toisón de Oro, capitán general de Flandes y comandante del ejército español durante la Guerra de los Ochenta Años. Spínola enroló mil hombres con su hermano Federico que se ocupó de formar una escuadra de galeras para operaciones en la costa. Todo esto arriesgando la totalidad de la fortuna de la familia. El propio Federico resultó muerto en acción con los holandeses en 1603. Spínola llegó con su ejército a Flandes en 1602 y la plaza de Ostende cayeron en sus manos en septiembre de 1604. La hija de Felipe II, Clara Eugenia, soberana de los Países Bajos, se sintió muy complacida con este éxito. Tenía la saliva a punto de nieve. A su vuelta a España en 1606 fue recibido con honores y aquí es donde le obligaron a entregar en garantía la totalidad de su fortuna para avalar los gastos de la guerra antes de conseguir los fondos por otros medios. La saliva se convirtió en hiel. Spínola consiguió la pasta. Y allá que fue. Fundamentalmente se trataba de sitiar la ciudad de Breda que estaba defendida por Justino de Nassau. El cerco y sitio a la ciudad fue una lección de estrategia militar. Algunos generales de otras naciones acudieron allí en calidad de “observadores” para conocer la táctica del gran Spínola. “Esto es para alquilar balcones” decían. CUADRO DE VELÁZQUEZ - - - -
La resistencia fue heroica pero Justino de Nassau capituló el 5 de junio de 1625. Fue una capitulación honrosa. Cosas de entonces, donde se premiaba el honor y la valentía. La entrevista fue un acto de cortesía. Este es el momento histórico que eligió Velázquez para pintar su cuadro. Justino de Nassau aparece con las llaves de Breda en la mano y hace ademán de arrodillarse, lo cual es impedido por su contrincante, que pone una mano sobre su hombro y le impide humillarse. Antes no se pitaba al himno. Se respetaba el honor. Sin embargo, la parálisis del gobierno de España, la necesidad acuciante de dinero y el nuevo favorito, el conde-Duque de Olivares, cabrón como el que más, celoso del general, permitieron a los holandeses recuperarse. Spínola no pudo evitar que Federico Enrique de Nassau ocupase Groll, una buena avanzadilla hacia Breda. En Madrid tuvo que sufrir las insolencias de Olivares, que se esforzaba al máximo en hacerle responsable de la pérdida de Groll. Como compensación no se les ocurrió otra cosa a esa panda de cabrones que nunca se le restituyera el dinero, por lo que quedó completamente arruinado. El gobierno español comenzó entonces a recurrir a excusas para mantenerlo lejos de España. Pero Olivares, era un pragmático, si bien tenía momentos de depresión. Lleno de recelos y sospechas, fue también un gran estadista, un ministro con las mejores condiciones para hacerse cargo del pesado fardo del gobierno: capacidad de trabajo, entendimiento de los negocios, voluntad de mando, autoridad. No hay que ignorar que su virtuosa actuación al frente de la monarquía ofreció en sí misma, al menos hasta que su mundo empezó a derrumbarse con las rebeliones de Cataluña y Portugal, el mejor argumento a favor de su permanencia en el poder.

HERMANOS DE CRISTOBAL COLÓN

Bartolomé Colón en 1479 se inició como cartógrafo en Portugal con su hermano Cristóbal, de lo que vivía en Lisboa en 1480. También era conoc...