viernes, 27 de marzo de 2020

REGENCIA DE MARIA CRISTINA - ISABEL II-

La Restauración es la vuelta de la Casa Borbón y la consolidación de Fernando VII en 1814 hasta su muerte en septiembre de 1833. Hereda, en virtud de la ley promulgado por Fernando VII, su hija Isabel II, pero como era menor de edad tuvo de regente primero a su mamá, María Cristina de Borbón, cuarta mujer de Fernando VII, que ocupa la Regencia de 1833 a 1840, tras la muerte de su marido. 

María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, reina regente de España 
Durante ocho años y madre de la futura Isabel II, no debe confundirse con otra María Cristina que también fue regente años después, María Cristina de Habsburgo-Lorena, viuda de Alfonso XII y regente en nombre de su hijo Alfonso XIII desde 1885 hasta 1902. Durante la regencia de María Cristina, las revoluciones urbanas habían potenciado el acceso de los liberales progresistas a los Ayuntamientos y ello hacía más difícil el control gubernamental de las grandes ciudades. Isabel tenía tres añitos cuando murió se padre. Reinaría durante poco más de cuarenta años, de 1833 a 1874. La primera y mayor preocupación de la regente y el Gobierno fue controlar a los partidarios de don Carlos, hermano de Fernando, que desde Portugal, se había proclamado rey de España al conocerse la muerte del rey. El movimiento Carlista surgió cuando Fernando VII abolió la “Ley de Sucesión Fundamental” que había instaurado Felipe V. Según las condiciones, las mujeres podrían heredar el trono aunque únicamente de no haber herederos varones en la línea principal, hijos, o lateral, hermanos y sobrinos. Fernando decretó la “Pragmática Sanción”, que volvía a establecer el sistema de sucesión tradicional de Alfonso X de Castilla, por el cual las mujeres podían reinar si no tenían hermanos varones. Es decir, que podía reinar su hija Isabel, (como así lo hizo), en lugar de su hermano de él, Carlos María Isidro de Borbón. También los liberales eran mirados con recelo, los futuros progresistas. Ante la presión carlista María Cristina decidió acercarse a los liberales pues era la única manera de defender el trono de su hija. Sin embargo, la separación de lo que se ha denominado las dos Españas era mucho más compleja. Con Don Carlos se encontraban la mayoría de la opinión de País Vasco, parte de Cataluña y Navarra, hostil a la dinastía que les había privado de sus libertades particulares (fueros). La nobleza en cambio, al frente de los grandes latifundios apoyaba a la Corona, que era el régimen en que se habían perpetuado esos privilegios. El importante retraso que España había acumulado con respecto a las otras potencias europeas a nivel económico y social no fue solucionado después de la guerra.

María Cristina de Habsburgo-Lorena y su hijo, el futuro Alfonso XIII

Rompiendo toda relación con el liberalismo, pero también con los absolutistas más radicales que luego apoyarán a Don Carlos, sólo consiguió atraerse las críticas de la mayoría de la población. En ningún momento quiso recurrir a las ideas liberales y persiguió implacablemente a todo aquel que las defendía. Sólo se fio en su camarilla sin percatarse de que los miembros de esta cuidaban más de sus intereses personales que de los de la nación. Las provocaciones de los antiguos voluntarios realistas y la presión ejercida por algunos militares llevaron a la regente a aceptar la existencia de un régimen representativo basado en el muy moderado, Estatuto Real. Más adelante, los estallidos revolucionarios que se produjeron entre 1834 y 1836 hicieron posible la transición desde la fórmula del Estatuto Real a la Constitución de 1837 que imponía ciertas limitaciones al rey, en este caso la reina regente, en el ejercicio de sus funciones y le obligaba a compartir la soberanía con la nación. La Constitución duró solamente ocho años, hasta 1845. Permitía la alternancia en el gobierno de los dos partidos liberales. Después de la regencia de María Cristina en 1840 pasó al General Esparteros durante los siguientes tres años en que se declaró mayor de edad a Isabel en 1843. Isabel II de España, llamada «la de los Tristes Destinos» nació en Madrid en octubre de 1830, y fue reina de España desde 1833, aunque se proclamó en 1843. Se sanciona por presión de los “Moderados” la nueva Constitución en 1845, ya con el reinado de Isabel II. Esta Constitución también duraría veinticuatro años, hasta 1869 que es cuando se promulga la nueva Constitución, al año siguiente del derrocamiento de la reina con la “Revolución La Gloriosa” de 1868, de lo que luego hablaremos. Comenzó pronto la reina a poner luz entre las piernas. Amantes, (un puñado), su primer hombre fue el General Francisco Serrano. El conde de Romanones la describió “era algo retrasada, apenas sabía leer, solo sabía sumar y su ortografía era pésima. No leía y jugaba con perritos, ignoraba las reglas de comportamiento y estas señas de identidad la acompañaron toda la vida, sin embargo era alegre y generosa”. A los 16 años se casó con su primo Francisco de Asís, del que tuvo once hijos. Ahí es ná. Y digo que no fue nada porque al señor le llamaban “Paquita”, quien era un afeminado y jamás se le conoció mujer alguna, más bien al contrario. Los hijos eran oficialmente de su marido, pero de esto sacó beneficio, todo un negocio. Recibía dinero por cada churumbel reconocido. Solo sobrevivieron cinco hijos. Uno de ellos, el que sería el rey Alfonso XII. Parece ser que era hijo del capitán Moltó. Cómo sería la señora que el propio papa, Pío IX llegó a decir, “Es puta, pero piadosa”. Entre los miembros de la familia real hay que destacar a la infanta Isabel Francisca, popularmente conocida como “La Chata”, fue princesa de Asturias, es decir heredera a la corona, hasta el nacimiento de su hermano Alfonso, y durante el reinado de éste hasta que nació su sobrina María de las Mercedes. Como sería de querida y popular, le gustaban los toros, las verbenas y la música, que hasta el gobierno de la Segunda República pidió que no abandonase el país. Otro miembro conocido es su hermana María Luisa, casándose ambas el mismo día en Sevilla. Esta mujer fue la madre de María de las Mercedes, futura reina al casarse con Alfonso XII. María Luisa donó a la ciudad de Sevilla los jardines de su palacio de San Telmo, que hoy llevan su nombre. Hemos tocado un poco la vida personal y familiar de Isabel II, pero en lo político la cosa no tuvo ni pizca de gracia. Una reina casi analfabeta, caprichosa y aficionada a los fornidos palafreneros, unos militares ambiciosos metidos en políticos, unos políticos metidos hasta las orejas en la corrupción. Pronunciamientos militares y revolucioncitas parciales Narváez y O'Donnell, con el acuerdo de un tercero llamado Espartero, para inventarse dos partidos, liberal y moderado, que se fueran alternando en el poder; y así todos disfrutaron, por turnos. Llegaba uno, despedía a los funcionarios que había puesto el otro y ponía a sus parientes, amigos y compadres. Al siguiente turno llegaba el otro, despedía a los de antes y volvían los suyos. Y de esa forma tan suave como con Nivea, nos fueron dando una forma de gobernar. Aquella pandilla de sinvergüenzas se fue repartiendo España durante cierto tiempo. Jefes de gobierno sobornados por banqueros extranjeros. Farsas electorales. Votos comprados y si no represión, destierros al norte de África, Canarias o Filipinas, que todavía nos queda algo en América. Una anécdota es que la famosa canción que dice “María Cristina me quiere gobernar / y yo le sigo, le sigo la corriente / porque no quiero que diga la gente / que María Cristina me quiere gobernar”. La canción fue un gran éxito en el siglo XX pero se trataba de una antigua copla, que había llegado a Cuba hacia 1833 con los exiliados de la guerra carlista.

HERMANOS DE CRISTOBAL COLÓN

Bartolomé Colón en 1479 se inició como cartógrafo en Portugal con su hermano Cristóbal, de lo que vivía en Lisboa en 1480. También era conoc...