lunes, 10 de julio de 2023

LA ESCLAVITUD EN AMÉRICA - PARTE 3

El 4 de mayo de 1493, por la famosa bula “Ínter Costera”, del papa Alejandro VI, quedaba oficialmente incorporado a la real Corona de Castilla el reino de las "Indias Occidentales, Islas y Tierra Firme del Mar Océano".
Un nuevo reino venía a engrosar el ya poderoso patrimonio de la reina Isabel, América. Al igual que el reino granadino, el de las Indias se encontraba habitado por gentes infieles, por naturales desconocedores de la fe de Cristo, aunque bastante aptos para ser evangelizados e introducidos en civilizadas costumbres. La Providencia elegía a Castilla, el reino peninsular en donde más vivo se mantenía el espíritu de cruzada contra los infieles, para supremo y único organizador y realizador de la mayor empresa de expansión que conocieron los siglos. 

A partir de la histórica fecha de la incorporación de las islas y tierras firmes oceánicas, la empresa imperial indiana, la expansión del Imperio cristiano por las regiones "remotas" y hasta entonces "incógnitas", venía a ser exclusiva de la real Corona de Isabel. La Corona de Aragón no se interesó en la colonización, si bien Fernando trabajó y negoció los acuerdos de la primera expedición.
La historia de la esclavitud en España a partir del siglo XV, por tradición, era lícito en Castilla hacer esclavos a los enemigos en las guerras contra los moros (y luego contra reyes paganos de África o Canarias, si se dictaminaba que era guerra justa), para ponerlos a trabajar o para intercambiar por un rescate u otros prisioneros.
Se ha dicho que fue una empresa explotadora de los Reyes Católicos para con el pueblo indígena y también que pretendieron con ello culminar un fabuloso negocio apropiándose de las riquezas naturales de aquellas tierras.
De la abrumadora documentación que todavía hoy se conserva, emerge la principal razón una vez descubierta América: la expansión de la fe de Cristo y como territorio de la corona que se le consideró desde el primer momento, poner en marcha un proceso de modernización de la cultura y la industria, en todos sus ámbitos.


El mismo Cristóbal Colón le habló a Isabel de un proyecto para extender el catolicismo, primero en las islas y tierras que se fueran descubriendo, y luego tendiendo la mano a los reyes de la India que buscaban establecer contacto con los cristianos.
El problema se planteó cuando Colón que no lograba ni riquezas ni siquiera el orden necesario entre las gentes, tratando de impartir justicia mandó colgar a algunos colonos que se habían excedido en sus exigencias con los indios. Todo esto lo comunicó a los monarcas, enviando un navío con algunos hombres con noticias y alguna riqueza conseguida. Pero los reyes entendieron que desobedeció las ordenes de la corona al enfrentarse agrediendo a los indígenas rebeldes que no querían trabajar en las condiciones que impuso, y vender a algunos como esclavos, cosa que Isabel había dejado claro en su voluntad de que se tratara a los indios como súbditos de Castilla. Algunos de los hombres que habían retornado acusaron a Colón de mal gobernante.
Sabemos ahora que la reina adoptó su propia resolución: En 1499 los monarcas deciden poner fin al monopolio que tenía Colón sobre las navegaciones a las Indias. Podría explorar pero no descender a tierra siquiera.
El 27 de agosto llegó Francisco de Bobadilla con poderes de los reyes y 500 hombres armados. Encarceló en un barco a los tres hermanos Colón el 15 de septiembre y los envió encadenados a la península a mediados de octubre, llegando a Cádiz el 25 de noviembre de 1500. Y luego otra Cédula Resolutiva de la libertad de los indios, fechada en Sevilla el 20 de junio de 1500, donde Isabel ordenó recoger a los indios para entregárselos a Pedro de Torres y repatriarlos a sus familias, todo ello por su cuenta y riesgo.


No resulta extraño así que el historiador Rafael Altamira, a la vista del documento correspondiente, reflexionase así: “Fecha memorable para el mundo entero, porque señala el primer reconocimiento del respeto debido a la dignidad y libertad de todos los hombres, por incultos y primitivos que sean; principio que hasta entonces no se había proclamado en ninguna legislación, y mucho menos se había practicado en ningún país”.
Es importante subrayar que, aunque la doctrina universal fuese contraria en la práctica a la libertad de los esclavos, la reina Isabel dudó ya entonces en su propia conciencia de la licitud del tráfico con seres humanos, decidiendo finalmente liberarlos.
Con esta decisión, Isabel se anticipó en 35 años a la formulación del derecho de gentes de Francisco de Vitoria de la Escuela de Salamanca y Domingo de Soto, teólogo de Carlos V. 
En un principio se había esclavizado a los pueblos indígenas americanos nativos. Pero en el año 1500 Fernando el Católico ordena la libertad de los indios antillanos que hayan sido reducidos a esclavitud. En 1503 se admite la esclavitud de los indios caribes, debido a su antropofagia, y de los indios rebeldes a la conquista española. Luego las Leyes de Indias de 1512 que protegía a los nativos.
La Reina ordenaba ya en 1503 al gobernador Nicolás Ovando propiciar los matrimonios mixtos, “Que son legítimos y recomendables porque los indios son vasallos libres de la corona española”. Como consecuencia directa de estos matrimonios mixtos, los cargos en la administración indiana debían tener preferencia para los criollos, hijos de españoles y americanos.

HERMANOS DE CRISTOBAL COLÓN

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