sábado, 2 de marzo de 2019

ESPAÑA EDAD MODERNA - 21- Carlos II

Sigue la decadencia. ------------- El período de 1640 a 1668 se había caracterizado por enfrentamientos periódicos entre Portugal y España, tanto pequeñas contiendas como graves conflictos armados, de los cuales muchos de ellos fueron ocasionados por conflictos de España y Portugal con terceras potencias. Felipe IV moriría el 17 de septiembre de 1665, sin reconocer la independencia de Portugal. Esta se reconoció tres años después. Las revueltas en Portugal contra la dominación española fueron frecuentes. La causa inmediata de estos alborotos fue la imposición de nuevos impuestos y las difíciles condiciones de vida de la población bajo el dominio español. El movimiento insurreccional no consiguió destituir el gobierno instaurado en Lisboa, sucumbiendo al refuerzo de tropas castellanas que acudieron en su auxilio para reprimir la revuelta. La guerra estableció la casa de Braganza como nueva dinastía reinante de Portugal, en sustitución de la Casa de Habsburgo. Esto puso fin a la llamada Unión Ibérica. El levantamiento de 1640 fue planeado en Lisboa para considerar los males de que sufría entonces Portugal. El objetivo era la destitución de los Habsburgo y proclamar un rey de origen portugués. La virreina de Portugal, Margarita de Saboya, duquesa de Mántua, intentó, en vano, calmar los ánimos del pueblo. Aislada y sin apoyo local, incapaz de reconducir a los revoltosos a la obediencia del rey de España, su poder colapsó. En su lugar aclamaron al Duque de Braganza como rey, con el título de Juan IV de Portugal, dando inicio a la cuarta dinastía, la Dinastía de Braganza. El nuevo gobernante autorizó a Margarita de Saboya que partiera para España en los primeros días de diciembre de ese mismo año. El momento fue oportunamente escogido, ya que la casa de Habsburgo afrontaba en esa época los problemas derivados de la Guerra de los treinta años y la Sublevación de Cataluña. Posteriormente restableció las leyes militares de Sebastián I de Portugal, con el fin de reorganizar el ejército y emprendió una campaña diplomática centrada en restablecer buenas relaciones con Inglaterra. Después de ganar varias pequeñas victorias, Juan trató de hacer las paces con rapidez. Sin embargo, su exigencia de que Felipe IV reconozca la nueva dinastía reinante en Portugal no se cumplió. Los enfrentamientos con España duraron veintiocho años. España había disfrutado de la reputación de tener la fuerza militar más formidable de Europa, una reputación que se había ganado con la llamada Escuela Española. Sin embargo, esta reputación y táctica había disminuido con la Guerra de los Treinta Años. El Tratado de los Pirineos, firmado el 7 de noviembre de 1659, para poner fin a un conflicto iniciado en 1635, durante la Guerra de los Treinta Años, entre otros términos Francia reconoció a Felipe IV de España como legítimo rey de Portugal. Pero finalmente la restauración de la independencia de España fue claramente establecida, y Portugal demostró que podía valerse por sí mismo, aunque con dificultad. Sus victorias en el campo de batalla habían vuelto a despertar el nacionalismo portugués. Sin embargo, Portugal permaneció económicamente débil, con su agricultura subdesarrollada, dependiente de grano inglés, y hambrientos de bienes del extranjero en general, especialmente textil. El esfuerzo nacional portugués se mantuvo durante 28 años, con lo cual fue posible vencer en las sucesivas tentativas de invasión de los ejércitos de Felipe IV. En 1668 se firmó el tratado de Lisboa de 1668, (con la regente de Carlos II, su madre) por el cual España reconocía la soberanía del país vecino. La victoria de Portugal se debió a la Sublevación de Cataluña, ya que todos los mejores soldados castellanos estaban ahí, así como a los esfuerzos diplomáticos de Inglaterra, Francia, Holanda y Roma por limitar el poder del Imperio español, mientras mantenían la guerra en Alemania, Guerra de los Treinta Años, así como la Guerra de los Ochenta Años en Flandes. Hay que tener en cuenta las guerras que se produjeron durante el reinado de Felipe IV e incluso algunas continuaron para el siguiente reinado. Continuación de la Guerra de los Ochenta Años- 1568 - 1648 Continuación de la Guerra de los Treinta Años- 1618 - 1648 Guerra anglo-española de- 1624 - 1630 Guerra franco-española - 1635 - 1659 Sublevación de Cataluña - 1640 - 1659 Guerra de Restauración portuguesa -1640 - 1668 Sublevación de Nápoles y Sicilia - 1647 - 1648 Guerra anglo-española de -1655 - 1660 Felipe IV murió en septiembre de 1665 dejando como heredero a un niño de corta edad y como regente a una joven reina inexperta. El niño sería en futuro Carlos II y la reina su madre, Mariana de Austria. - CARLOS II Museo del Prado
Tradicionalmente se ha visto en el reinado de Carlos II el punto más hondo de la decadencia española bajo los Austrias. La lucha por el poder quedó en manos de confesores, favoritos y aventureros, muy lejos del esplendor que alcanzaba la corte francesa y sus triunfos. No obstante el punto más bajo de la depresión económica se había dado ya en época de su padre. En las últimas décadas del siglo no solo no se agravó sino que incluso en algunas regiones llegaron a percibir los síntomas de mejoría. Desde su nacimiento, Carlos mostró una gran debilidad física y mental, atribuida a la consanguinidad de sus padres. Felipe IV con 44 años tuvo a Carlos II fruto de la unión con su sobrina Mariana, de 14 años. Carlos fue incapaz de llevar los asuntos del estado. Se sucedieron personajes fuertes como su madre, su hermanastro Juan José de Austria, el duque de Medinaceli y el conde de Oropesa. Esta inestabilidad y una crisis económica empeoraron la maltrecha situación internacional de España ante el expansionismo agresivo de Luis XIV de Francia. Pese a que contrajo matrimonio en dos ocasiones fue incapaz de engendrar descendencia, lo que produciría una inmensa expectativa internacional sobre su herencia. Finalmente dictó testamento a favor de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, (el futuro Felipe V). Se sabe con casi total seguridad que padeció el síndrome de Klinefelter, enfermedad genética que consiste en una alteración de los cromosomas. Infertilidad, niveles inadecuados de testosterona, disfunción testicular, genitales pequeños, trastornos de conducta y aspecto eunucoide, talla alta, extremidades largas, etc. Con el fin de que aquel débil muchacho sobreviviera, fue alimentado por 14 amas de cría distintas, que le amamantaron hasta la edad de 4 años, y no se continuó durante más tiempo porque se consideraba “indecoroso” para un monarca. No pudo sostenerse en pie hasta los 6 años de edad, debido probablemente a un raquitismo por déficit de vitamina D, agravado también por la falta de luz solar, puesto que prácticamente no se sacó al niño al exterior por temor a los enfriamientos. Carlos II no aprendió a leer hasta la edad de 10 años y nunca supo escribir correctamente. Padecía ataques de cólera desmesurados y tuvo adicción alimentaria al chocolate (chocoholismo).

HERMANOS DE CRISTOBAL COLÓN

Bartolomé Colón en 1479 se inició como cartógrafo en Portugal con su hermano Cristóbal, de lo que vivía en Lisboa en 1480. También era conoc...