martes, 12 de junio de 2018

FELIPE IV (El rey planeta)

La temprana muerte de Felipe III convirtió en rey a su hijo, de apenas 16 años, que subió al trono con el nombre de Felipe IV. Fue el reinado más importante del siglo pues significó el punto sin retorno de la decadencia española que ya lentamente se había manifestado desde Felipe II incluso. Fue de joven un buen estudiante, culto, amante de la historia, la teología, el derecho, la música y los idiomas. Le atrajeron el arte, el teatro y la poesía, pero no solo como espectador. Sabía pintar y escribir con soltura. Fue rey desde 1621. El ejército de Flandes que España mantenía desde 1567, se inició con la rebelión de los Países Bajos, quedando divididos en la mitad norte, no sometida a Madrid, (con matices, la actual Holanda), y la mitad sur, parte integrante de la monarquía hispánica (también con matices, la actual Bélgica). Este ejército de fama bien conseguida eran los Tercios, unidades de élite, españolas, italianas, alemanas, valona, inglesa y borgoñona, además de la caballería ligera y pesada. No obstante al magnífico ejército le faltaba el buen complemento del apoyo naval, que se vio como un elemento imprescindible. Los Habsburgo españoles siempre han tenido una visión del mundo en la que España tenía junto con sus derechos unas responsabilidades fundamentales, la primera garantizar la fe católica, amenazada por el protestantismo. Esto les hacía ver la grandeza de su linaje, del Imperio a gobernar y de ser un pueblo en el que Dios confiaba para consolidar y extender la religión de Roma. Esto es importante tenerlo en cuenta para entender el punto de vista de aquellos personajes cuyas ideas y decisiones son tan alejadas del concepto actual de la gobernación y la Justicia actuales. Felipe estaba prometido con la hija de Enrique IV de Francia, Isabel de Borbón, dos años mayor que él. Y también se prometió a su hermana Ana de Austria para casarla con el rey francés Luis XIII. Con lo cual las dotes al ser de la misma cantidad quedaban compensadas, y se conseguía una alianza de matrimonios que convenía a ambos países.
Felipe IV pintado por Rubens - - Felipe IV y la reina Isabel tuvieron cuatro hijas hasta 1627, de los cuales no sobrevivió ninguna más allá de los dos años. Luego nació un varón al que buscaron pareja, pero él moriría joven soltero aún. La reina enfermó y también murió. De modo que el rey se encontraba viudo y sin descendencia. Decidió casarse con la prometida de su hijo fallecido, su sobrina Mariana de Austria que en aquél momento ella tenía trece años y él cuarenta y dos. Tuvieron a su primera hija que llegó a ser emperatriz consorte y murió a los ventidos años. Tuvieron otros cuatro hijos de los cuales sobrevivió solamente el último, Carlos, destinado a suceder a su padre. Felipe IV tuvo seguramente una treintena de hijos extramatrimoniales, de los cuales hay que destacar, por su futuro, a Juan José de Austria. Andando el tiempo, fue importante en la vida del rey, sor María de Ágreda, religiosa de fama y cultura, consejera del rey, contraria al valido Conde-Duque de Olivares, favorable a la paz con Francia y circunspecta con la Inquisición. Al llegar al trono, Felipe, como dijimos contaba con 16 años, con lo cual su preferido fue el Conde de Olivares, cuyo primer objetivo fue la modernización del gobierno y la recuperación del prestigio español. Olivares combatió la corrupción, el tráfico de influencias. Redujo el gasto de la corte, suprimió burocracia excesiva y creó la Junta de Poblamiento, destinada a aumentar la natalidad y redistribuir la población en zonas deshabitadas. Al expirar la tregua con Holanda se reanudaron los enfrentamientos unidos esta vez a los avatares de la guerra de los Treinta Años, contienda comenzada en 1618 al conseguir los protestantes el nombramiento de un “anti-emperador”, y lo que empezó siendo un conflicto religioso, pasó a político en Alemania y se extendió por toda Europa. Fernando III de Estiria fue elegido emperador de Sacro Imperio y era rey de Bohemia, (actual Eslovaquia) y había pasado a llamarse Fernando II. Era un católico convencido y era impopular en Bohemia, la cual era predominantemente calvinista. Fernando era un Habsburgo y se había asegurado el apoyo de la corona española en Felipe III. La elección del católico Fernando II como emperador había puesto a la nobleza de Bohemia, de mayoría protestante, en una situación prácticamente de rebelión. El rechazo de Bohemia a Fernando fue el detonante de la guerra de los Treinta Años. Ordenó la destrucción de templos protestantes, estableció censura para algunos escritos, destituyó a funcionarios protestantes, prohibió la utilización de fondos católicos para pagar a ministros protestantes, etc. Esto hizo que los protestantes rompieran con los Habsburgo y en poco tiempo se extendió a las principales ciudades de Bohemia. Puesta en marcha la guerra parecía favorable a los Habsburgo, pero intervino Dinamarca y podría caer entonces Flandes. Francia, que era un país extenso y muy poblado con abundantes recursos, con Luis XIII y su ministro el cardenal Richelieu, comenzó a ayudar a los protestantes, a pesar de ser un país católico, pero le interesaba la derrota de Flandes y por lo tanto de España. Se convertiría en la gran potencia. Se aliaron con Holanda y con Suecia y hasta el papa Urbano VIII fue partidario de la causa francesa. Francia intervino a partir de 1635 causando un el aumento de la virulencia militar, el costo de la contienda y el gran peligro directo para España. El frente de batalla se trasladó a los Pirineos y Francia intentó la invasión por Navarra, siendo derrotados. Para hacer frente a tal cantidad de circunstancias el valido de Felipe IV, Olivares, trató de poner en práctica su idea de solidaridad entre los reinos de España, la “Unión de Armas”, que pretendía unir un ejército de 140.000 hombres al que cada región aportaría una cuota correspondiente a sus recursos y demografía. Se trataba de repartir equitativamente las cargas que hasta entonces solo la soportaba Castilla. Pero el asunto se mostró imposible. Las Cortes de Cataluña y Aragón distaban mucho de permitir la práctica del absolutismo de Felipe IV con sus recursos. El proyecto fue abandonado. En Europa si la situación era mala, en España era preocupante. Desde finales de la década de 1620 y la década siguiente significó el ocaso del sistema económico monetario de los Austrias españoles. Corría el dinero falso, hubo malas cosechas, capturas de navíos españoles procedentes de América por francesas, holandeses e ingleses, crisis alimentarias, hambrunas, en fin un desastre. Continuará

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